En aquellos tiempos en los que éramos una pandilla, ni mis amigos ni yo teníamos idea de eso que ahora se conoce como porno gratis diario, y que es algo común para los jóvenes de ahora, y para los no tan jóvenes. Claro que nos interesaban las mujeres en general y la pornografía en particular, pero no teníamos acceso a ellas tan fácilmente como ahora, y para ver jovencitas follando no teníamos más remedio que hacer un porreo, juntar pasta y alquilarnos alguna película X para verla a escondidas en casa de alguno de nosotros. Todo era más complicado, pero a la vez, mucho más excitante.
Y luego aparecieron las webs xxx…
En realidad, antes de eso, llegó internet a nuestras vidas, pero pocos sabían el potencial que eso iba a tener. El ilimitado acceso al porno xxx no se descubrió poco a poco, y de hecho, pocos de nosotros lo vio venir, considerando eso de la red de redes como un camelo para unos cuantos frikis, porque ¿quién quería estar conectado al resto del mundo, cuando se hallaba rodeado de buenos amigos? Empezamos con algunas fotos de modelos desnudas, hasta que un día descubrimos, como en un making-off, el video de un casting xxx en vivo, y eso nos abrió las puertas del paraíso. Fue ahí cuando todos empezamos a buscar la manera de instalar internet en casa.
No era tan fácil en aquellos tiempos como lo es ahora, pero cuando el primero de nosotros lo consiguió, casi puede decirse que hicimos una mudanza a su casa. Íbamos cada tarde con la excusa de estudiar, pero nada de eso: en nuestra reliquia de ordenador personal, que no tenía nada que ver con los modernos, navegábamos por la web buscando las páginas más guarras y sucias, deseando ver tías buenas desnudas a porrón, y descubriendo que, cuantas más veíamos, más aparecían, ¡increíble!
Internet es una ventana al sexo, pero cuidado con abrirla demasiado
La pornografía online en la actualidad es algo tan común en nuestras vidas, que ya no nos sorprende. Aprendimos a que nos asaltara en cada navegación por el ciberespacio, aunque se haya intentado controlar con una serie de medidas, que tan ineficaces ya resultan de risa, y que al final resultaron no valer para nada. Todo el mundo sabe que se puede encontrar porno en internet, y aunque se intente poner frenos y filtros para que nuestra juventud tenga un acceso controlado y responsable a él, no se ha conseguido del todo. ¿El problema? El concepto de sexualidad que se está instaurando entre ellos.
No es fácil ser joven, ni el comienzo de las relaciones con el sexo opuesto (ni el propio, depende de tu opción sexual), y no podemos negar que el concepto de porno que existe hoy en día tiene mucho de machismo. Bueno, en realidad durante mucho tiempo esto fue un contenido para hombres, y casi exclusivamente para su excitación y disfrute; pero en los últimos años, se intenta dar un giro diferente a todo este tema, haciendo una pornografía más igualitaria, que también tenga en cuenta los gusto y deseos de las mujeres. Teniendo en cuenta todo esto, no se puede decir que este tipo de contenidos xxx estén dando a los jóvenes una visión real de lo que puede ser la sexualidad, y eso no es nuevo, aunque pueda ir mejorando; pero no es seguro que lo veamos muy pronto.
Quizá esto último sea una preocupación vana, pues toda mi pandilla aprendimos, o creímos aprender, trucos y tácticas sexuales para triunfar con las chicas gracias a los videos porno que nos tragábamos a cientos, y aunque ninguno resultó un donjuán precisamente, no nos fue tan mal después de todo, y no sé que ninguno haya resultado un depravado. ¿De verdad es tan nocivo ser consumidor de porno online? Eso, sólo lo dirá el tiempo.