Comentábamos el otro día en mi pandilla que hay que ver cómo está el patio. Leímos en una web de noticias que la hija de Spielberg quiere ser actriz porno. Mikaela Spielberg, de 23 años, le ha confesado a sus padres adoptivos, el famoso director y la actriz Kate Capshaw, que quiere dedicarse al cine para adultos, y sacarse la licencia para actuar como stripper en las salas habilitadas para ello. Yo no sé si Spielberg quería que su hija se dedicara a la actuación, ni si estará contento con su decisión; pero te aseguro que se habrá llevado un shock, pues con su trayectoria cinematográfica seguro que hubiera preferido que la chica se dedicara al cine convencional. Pero… ha decidido apoyarla, aunque claro, ¿qué otra cosa podía hacer? No le queda más remedio que actuar como se considera políticamente correcto, aunque se lo lleven los demonios.
Porque te lo digo con toda seguridad: a ningún padre, ni madre, le hace gracia que su hijo, y mucho menos su hija, se dedique al porno. Que oye, es una profesión tan honrosa como cualquier otra, donde hay que trabajar mucho, y aprender ciertas técnicas para realizar tu mejor actuación ante las cámaras; no es solo llegar, abrirse de piernas y esperar a que te la metan. Generalmente se gana buen dinero con esto, y el porno online está en boga; quizá no tanto como hace unos años, pero definitivamente es un negocio que no tiene pinta de quebrar, al menos por el momento. Pero un padre no piensa en eso, no; porque por su cabeza solo puede pasar la imagen de su hija follando con un tipo, o con varios, cuando se le ocurra visitar una web de videos xxx, y es suficiente para casi sufrir un síncope.
Y dirás, ¿por qué estás tan seguro que piensa eso? Porque lo he vivido, y lo he visto en primera línea. Bueno, yo y todos mis colegas, porque eso mismo me pasó a mí con una novia que tuve hace unos años. Ya no estamos juntos, que viví todo el drama del momento a su lado, y lo recuerdo como si fuera ayer. Uno de entrada no tiene nada contra las actrices porno, pero claro, eso es porque no las conoces, ni tienes ninguna relación con ella, ni seguramente sean tus hijas. Porque para un padre, eso de ponerse delante de las cámaras para tener sexo, cualquiera que sea su modalidad, y que te paguen por ello, es algo así como ser una puta.
Tengo que decir que mi ex novia fue muy valiente, sobre todo en las circunstancias en las que se dio todo. Era hija única, y aunque sus padres no eran demasiado mayores, sí que eran bastante tradicionales. La criaron como la princesa de la casa; aunque no estaba excesivamente mimada, había pocas cosas a las que le habían dicho que no, siempre intentando cumplir sus deseos. Claro, hasta que ese deseo fue dedicarse a la pornografía, entonces estalló todo. Y la cosa fue tan grave que hasta acabaron por echarla de casa, y pasó unas semanas en la mía, acogida por mis padres que tampoco es que estuvieran muy de acuerdo con esa decisión; pero no les parecía que la solución fuera echar a la chica de casa. Y ella aguantó como una campeona, no se achantó en ningún momento; de hecho, pronto encontró un sitio propio donde vivir, porque la productora porno vio en ella mucho potencial, y la contrató enseguida.
Todos en el grupo la apoyamos, aunque las miradas de lástima siempre eran dirigidas a mí. ¿Qué me parecía que a mi chica se la tiraran otros tíos, y que además se pudiera ver en internet? Pues no lo llevaba bien, pero supongo que el disgusto de sus padres debió ser peor. Porque se enteraron cuando el padre, muy recto y severo pero que veía porno como todo el mundo, se encontró un video de su hija en un gang bang nada más acceder a la página web. Quizá entiendas así su reacción del momento.