• Psicología

    Por qué es importante tener amigos

    A medida que avanzamos en la vida, descubrimos que hay muchas cosas que están fuera de nuestro control. No podemos elegir a nuestros padres, nuestra genética ni controlar las cosas que suceden en el mundo que nos rodea. Una cosa que podemos controlar es quiénes son nuestros amigos, y esta decisión puede hacer que nuestras vidas sean mucho más ricas y hermosas, o más estresantes y decepcionantes.

    Tener amistades sólidas es importante por dos razones principales. En primer lugar, hacen la vida más placentera. Podemos compartir los aspectos hermosos de la vida con las personas que amamos, lo que puede enriquecer nuestras experiencias cotidianas. En segundo lugar, nuestros amigos nos ayudan en los momentos difíciles. Tener amigos que nos apoyen en los momentos difíciles puede hacer que situaciones inimaginablemente difíciles parezcan más tolerables.

    La parte más hermosa de invertir nuestro tiempo y energía en las amistades es que no sólo los amigos ayudan a enriquecer nuestras vidas, ¡sino que nosotros también enriquecemos las de ellos! Las amistades nos ayudan a superar los momentos difíciles de la vida, hacen que las cosas sean más divertidas y agradables y, en general, mejoran nuestras vidas. Te insto a que hagas un balance de tus amistades y te preguntes si tus amigos actuales te fortalecen y te apoyan, o si la amistad es más unilateral.

    A medida que exploramos las amistades, estas también incluyen a nuestras parejas. Creo que la base de cualquier relación sana es la amistad. Por eso también es importante agrupar a nuestras parejas románticas en esta reflexión.

    En muchos sentidos, la amistad más importante de nuestras vidas es la que tenemos con nuestra pareja romántica. El primer criterio que debemos buscar en esta pareja es alguien que, en última instancia, sea un buen amigo para nosotros, lo que significa que sea amable, positivo, cariñoso y comprensivo. Si estamos saliendo con alguien y es un idiota, probablemente sea seguro asumir que no es un buen amigo. Para evitar esto, recomiendo buscar primero a alguien que sea un buen amigo, es decir, antes de que el romance y las cosas sexuales se interpongan en el camino.

    Las amistades son una parte crucial para vivir una vida plena. Es muy importante que nos rodeemos de personas con las que nos divertimos, que nos apoyan y que nos hacen mejores. Es posible que ya tengas hermosas amistades en tu vida, pero si todavía estás buscando amigos, nunca es demasiado tarde para cultivar nuevas relaciones que harán tu vida aún más magnífica.

  • Blog personal

    Cuando mi novia me dijo que quería ser actriz… xxx

    Comentábamos el otro día en mi pandilla que hay que ver cómo está el patio. Leímos en una web de noticias que la hija de Spielberg quiere ser actriz porno. Mikaela Spielberg, de 23 años, le ha confesado a sus padres adoptivos, el famoso director y la actriz Kate Capshaw, que quiere dedicarse al cine para adultos, y sacarse la licencia para actuar como stripper en las salas habilitadas para ello. Yo no sé si Spielberg quería que su hija se dedicara a la actuación, ni si estará contento con su decisión; pero te aseguro que se habrá llevado un shock, pues con su trayectoria cinematográfica seguro que hubiera preferido que la chica se dedicara al cine convencional. Pero… ha decidido apoyarla, aunque claro, ¿qué otra cosa podía hacer? No le queda más remedio que actuar como se considera políticamente correcto, aunque se lo lleven los demonios.

    Porque te lo digo con toda seguridad: a ningún padre, ni madre, le hace gracia que su hijo, y mucho menos su hija, se dedique al porno. Que oye, es una profesión tan honrosa como cualquier otra, donde hay que trabajar mucho, y aprender ciertas técnicas para realizar tu mejor actuación ante las cámaras; no es solo llegar, abrirse de piernas y esperar a que te la metan. Generalmente se gana buen dinero con esto, y el porno online está en boga; quizá no tanto como hace unos años, pero definitivamente es un negocio que no tiene pinta de quebrar, al menos por el momento. Pero un padre no piensa en eso, no; porque por su cabeza solo puede pasar la imagen de su hija follando con un tipo, o con varios, cuando se le ocurra visitar una web de videos xxx, y es suficiente para casi sufrir un síncope.

    Y dirás, ¿por qué estás tan seguro que piensa eso? Porque lo he vivido, y lo he visto en primera línea. Bueno, yo y todos mis colegas, porque eso mismo me pasó a mí con una novia que tuve hace unos años. Ya no estamos juntos, que viví todo el drama del momento a su lado, y lo recuerdo como si fuera ayer. Uno de entrada no tiene nada contra las actrices porno, pero claro, eso es porque no las conoces, ni tienes ninguna relación con ella, ni seguramente sean tus hijas. Porque para un padre, eso de ponerse delante de las cámaras para tener sexo, cualquiera que sea su modalidad, y que te paguen por ello, es algo así como ser una puta.

    Tengo que decir que mi ex novia fue muy valiente, sobre todo en las circunstancias en las que se dio todo. Era hija única, y aunque sus padres no eran demasiado mayores, sí que eran bastante tradicionales. La criaron como la princesa de la casa; aunque no estaba excesivamente mimada, había pocas cosas a las que le habían dicho que no, siempre intentando cumplir sus deseos. Claro, hasta que ese deseo fue dedicarse a la pornografía, entonces estalló todo. Y la cosa fue tan grave que hasta acabaron por echarla de casa, y pasó unas semanas en la mía, acogida por mis padres que tampoco es que estuvieran muy de acuerdo con esa decisión; pero no les parecía que la solución fuera echar a la chica de casa. Y ella aguantó como una campeona, no se achantó en ningún momento; de hecho, pronto encontró un sitio propio donde vivir, porque la productora porno vio en ella mucho potencial, y la contrató enseguida.

    Todos en el grupo la apoyamos, aunque las miradas de lástima siempre eran dirigidas a mí. ¿Qué me parecía que a mi chica se la tiraran otros tíos, y que además se pudiera ver en internet? Pues no lo llevaba bien, pero supongo que el disgusto de sus padres debió ser peor. Porque se enteraron cuando el padre, muy recto y severo pero que veía porno como todo el mundo, se encontró un video de su hija en un gang bang nada más acceder a la página web. Quizá entiendas así su reacción del momento.

  • Entretenimiento

    El día que descubrimos eso de los videos porno

    En aquellos tiempos en los que éramos una pandilla, ni mis amigos ni yo teníamos idea de eso que ahora se conoce como porno gratis diario, y que es algo común para los jóvenes de ahora, y para los no tan jóvenes. Claro que nos interesaban las mujeres en general y la pornografía en particular, pero no teníamos acceso a ellas tan fácilmente como ahora, y para ver jovencitas follando no teníamos más remedio que hacer un porreo, juntar pasta y alquilarnos alguna película X para verla a escondidas en casa de alguno de nosotros. Todo era más complicado, pero a la vez, mucho más excitante.

    Y luego aparecieron las webs xxx…

    En realidad, antes de eso, llegó internet a nuestras vidas, pero pocos sabían el potencial que eso iba a tener. El ilimitado acceso al porno xxx no se descubrió poco a poco, y de hecho, pocos de nosotros lo vio venir, considerando eso de la red de redes como un camelo para unos cuantos frikis, porque ¿quién quería estar conectado al resto del mundo, cuando se hallaba rodeado de buenos amigos? Empezamos con algunas fotos de modelos desnudas, hasta que un día descubrimos, como en un making-off, el video de un casting xxx en vivo, y eso nos abrió las puertas del paraíso. Fue ahí cuando todos empezamos a buscar la manera de instalar internet en casa.

    No era tan fácil en aquellos tiempos como lo es ahora, pero cuando el primero de nosotros lo consiguió, casi puede decirse que hicimos una mudanza a su casa. Íbamos cada tarde con la excusa de estudiar, pero nada de eso: en nuestra reliquia de ordenador personal, que no tenía nada que ver con los modernos, navegábamos por la web buscando las páginas más guarras y sucias, deseando ver tías buenas desnudas a porrón, y descubriendo que, cuantas más veíamos, más aparecían, ¡increíble!

    Internet es una ventana al sexo, pero cuidado con abrirla demasiado

    La pornografía online en la actualidad es algo tan común en nuestras vidas, que ya no nos sorprende. Aprendimos a que nos asaltara en cada navegación por el ciberespacio, aunque se haya intentado controlar con una serie de medidas, que tan ineficaces ya resultan de risa, y que al final resultaron no valer para  nada. Todo el mundo sabe que se puede encontrar porno en internet, y aunque se intente poner frenos y filtros para que nuestra juventud tenga un acceso controlado y responsable a él, no se ha conseguido del todo. ¿El problema? El concepto de sexualidad que se está instaurando entre ellos.

    No es fácil ser joven, ni el comienzo de las relaciones con el sexo opuesto (ni el propio, depende de tu opción sexual), y no podemos negar que el concepto de porno que existe hoy en día tiene mucho de machismo. Bueno, en realidad durante mucho tiempo esto fue un contenido para hombres, y casi exclusivamente para su excitación y disfrute; pero en los últimos años, se intenta dar un giro diferente a todo este tema, haciendo una pornografía más igualitaria, que también tenga en cuenta los gusto y deseos de las mujeres. Teniendo en cuenta todo esto, no se puede decir que este tipo de contenidos xxx estén dando a los jóvenes una visión real de lo que puede ser la sexualidad, y eso no es nuevo, aunque pueda ir mejorando; pero no es seguro que lo veamos muy pronto.

    Quizá esto último sea una preocupación vana, pues toda mi pandilla aprendimos, o creímos aprender, trucos y tácticas sexuales para triunfar con las chicas gracias a los videos porno que nos tragábamos a cientos, y aunque ninguno resultó un donjuán precisamente, no nos fue tan mal después de todo, y no sé que ninguno haya resultado un depravado. ¿De verdad es tan nocivo ser consumidor de porno online? Eso, sólo lo dirá el tiempo.

  • General

    Las aventuras locas, locas, de una pandilla de amigos

    Eso de la pandilla puede sonar a concepto arcaico para cualquier joven que lea esto. Según he observado, ahora no se llevo eso de andar en grupo por ahí toda la tarde, disfrutando de la compañía de los amigos haciendo planes divertidos y inventando una y mil gamberradas (inocentes, a ver si se entiende); los jóvenes de ahora se comunican por medio de sus móviles, a kilómetros de distancia, y sólo se ven las caras si es estrictamente necesario (y no me extrañaría que dentro de poco eviten eso y se hablen por Skype, jeje).

    Pero en mis años mozos, que tampoco hace tanto, sí que nos molaba mucho a mis amigos y a mí andar en panda, y tengo que confesar que no entiendo cómo la juventud ha ido perdiendo eso. No es sólo la diversión de compartir con tus amigos los instantes más felices de tu vida, sino también los fracasos y las penas, y el saber que siempre habrá alguien que te escuche; porque lo mejor de eso es que no tienes que conformarte con un mejor amigo, sino que sabes que cualquiera de ellos puede hacerte el aguante y comprenderte en cualquier circunstancia y con cualquier problema.

    Cuando pasan los años, te das cuenta del grado de complicidad que da una pandilla. Luego, la vida lleva a cada uno por un lado, con las responsabilidades esas que llamamos «de adultos», pero nunca se acaba de perder del todo la unión; yo no lo he hecho, y además puedo decir que aún somos un pequeño grupo de aquellos chavales los que nos reunimos los fines de semana y seguimos conservando nuestra amistad. De hecho, este es el objetivo de este blog.

    Ya sé que viéndolo así parece que esto se va a convertir en las memorias de un viejo caduco rememorando sus años mozos con nostalgia, pero si tenéis la curiosidad de seguir estas páginas, descubriréis que éramos unos tíos cachondos, divertidos, y que nos metimos en un montón de líos increíbles que hicieron que lo pasáramos juntos de puta madre. Y por supuesto, lo mejor: nuestra aventuras románticas, o más bien, cómo las chicas nos toreaban y nosotros lo soportábamos estoicamente, hasta que llegó el momento que nos lanzábamos a por una en particular; y ahí estaba todo el grupo, cada uno dando su opinión (no me extraña que la cagáramos tanto en el amor por aquellos días, ninguno tenía ni idea de lo que había que hacer).

    A veces recuerdo aquellos días deseando volver a ellos, pero no tanto como para no apreciar la vida que tengo ahora, aunque reconozco que mucho de lo que soy en la actualidad se lo debo a aquellos tiempos, donde la pandilla era todo mi mundo, y mucho más.